COYOACÁN YA ESTABA AHÍ
500 AÑOS DE SU HISTORIA RECIENTE
Hilda Trujillo Soto
Directora General de Cultura
La región denominada Coyoacán, caracterizada por el mestizaje de indígenas autóctonos con los que vinieron del reino de España, tiene una historia de por lo menos 500 años; cifra comprobada en la Tercera Carta de Relación, firmada por Hernán Cortés el 15 de mayo de 1522 y dirigida al rey Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico.
Sin embargo, Coyoacán ya estaba ahí, incluso antes de la fundación de Tenochtitlan por los mexicas: aún hay vestigios y huellas de las primeras culturas asentadas en la zona. En Cuicuilco se conserva la temprana arquitectura mesoamericana a gran escala. Hace cientos de años, previos a la era cristiana, este lugar, situado en el valle de México, fue una capital regional conformada por áreas habitacionales, un complejo epicentro religioso y ceremonial, imponente por su pirámide circular, que sorprende hasta nuestros días.
Kiosko en Jardín Hidalgo, 2022 |
Rafael Pérez Alonso |
Alcaldía Coyoacán.
En la zona aledaña de Copilco hay vestigios de los primeros pobladores de la Cuenca de México, quienes aprovecharon los recursos ribereños y lacustres de la zona para impulsar su agricultura con sorprendentes técnicas de cultivo, como el propio de las chinampas, además de la elaboración de utensilios y figurillas de cerámica; elementos inherentes a la vida sedentaria.
Sin embargo, la erupción del Xitle ─pequeño volcán de potencia descomunal en el sur de la Cuenca─ detuvo abruptamente su desarrollo. Todo se transformó tras la lluvia incandescente de lava: desde el paisaje de la región hasta los patrones de los asentamientos humanos en el área. Cuicuilco, Copilco y otras poblaciones distribuidas en 400 hectáreas a la redonda, fueron víctimas del avance implacable de los ríos de piedra fundida que arrasaron con todo lo que se encontraba a su paso, obligando a la emigración y desapareciendo todo rastro orgánico.
El primer encuentro, 1978 |
Aurora Reyes |
Salón de Cabildos, Alcaldía Coyoacán.
En la última parte del siglo VII d.C. floreció el esplendoroso reinado de Culhuacán, al oriente del valle de México. Establecido originalmente por inmigrantes toltecas fue un reino que destacó por su culto linaje aristocrático. Era tan sabido, que, ya en el siglo XIV, los mexicas buscaron mezclar su sangre con los culhuas para legitimar dinásticamente su naciente reino. Desde los tiempos de la llegada de los españoles a las costas de Tabasco, y más tarde a “Vera Cruz”, se escuchaba hablar de un gran reino en el centro de las tierras recién descubiertas: el reinado Culhua-Tenochca, gobernado por el gran tlatoani Moctecuzoma II (Moctezuma Xocoyotzin).
Antes de la hegemonía tenochca, los tepanecas de Azcapotzalco gobernaron en los territorios correspondientes a Mixcoax, San Ángel, Churubusco, el centro de Coyoacán y más hacia el sur, en la frontera con Xochimilco.
Don Juan Ixtolinque y Guzmán, señor de la Villa de Coyoacán, 1786 |
Archivo de la Real Chancillería de Valladolid España.
Cuando Hernán Cortés llegó a Coyoacán, contó con la invaluable alianza de los que allí gobernaban, Ce-Tochtli, y a la muerte de este, con el apoyo del poderoso cacique Ixtolinque. Fue en este territorio donde Cortés y sus hombres asentaron sus reales. Ahí vivió con su traductora y amante, Malintzin, y es probable que su hijo Martín haya nacido allí.
En 1522, Cortés fundó un Ayuntamiento en Coyoacán, como órgano de gobierno para Nueva España y en el transcurso de ese siglo los españoles construyeron también varios edificios religiosos, entre ellos las parroquias de la Inmaculada Concepción, así como el convento de San Juan Bautista.
Después de la conquista, los españoles edificaron el nuevo reinado sobre las ruinas de Tenochtitlan. Las tierras ya tomadas por los conquistadores alrededor de los lagos se convirtieron en haciendas y predios rurales. En esas tierras se construyó en el siglo XVII el rancho y el puente Panzacola, así como la pequeña iglesia de San Antonio.
La Malinche, 1941 |
Jesús Enrique Emilio de la Helguera Espinoza |
Colección particular.
Más adelante, en 1755, el inmueble llamado Palacio de Cortés, hoy sede de la Alcaldía, se construyó bajo el mandato del corregidor Francisco Suescun y Tornería. En esa misma época se amplió la Calle Real, hoy llamada avenida Francisco Sosa, y se edificaron las conocidas casas que llevan el nombre de los conquistadores: de Alvarado y de Ordaz.
En el siglo XIX, cuando pese a las turbulencias, México emergía independiente, el 20 de agosto de 1847 se libró en el exconvento de Churubusco –último reducto de la defensa mexicana–, una importante batalla contra las tropas norteamericanas que invadían el país. Allí participaron, al lado de los soldados mexicanos, los solidarios irlandeses del Batallón de San Patricio, que pelearon del lado local al percatarse de lo injusta que era la invasión militar norteamericana. Entre los generales que lucharon hasta el final con toda bravura y heroísmo están Pedro María Anaya y Manuel Rincón.
Batalla del convento de San Diego Churubusco, siglo XIX |
Julio Michaud y Thomas |
Litografía en color, Museo Nacional de las Intervenciones, INAH.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la Revolución mexicana tuvo sus repercusiones en la demarcación. Se dice que por aquí pasaron facciones zapatistas, por lo que también se padecieron penurias y vicisitudes económicas y políticas. Asimismo, se sufrieron los conflictos emanados de las luchas posteriores por el poder y los enfrentamientos religiosos de la guerra Cristera.
Años más tarde, Coyoacán se convirtió en el lugar predilecto para vivir de personajes del ámbito intelectual, artístico y cultural. Tal es el caso de José Vasconcelos, quien habitó en la llamada Casa Colorada, conocida también como Casa de la Malinche. Además, lo habitaron Dolores del Río, Emilio “El Indio” Fernández, Manuel Álvarez Bravo, Diego Rivera, León Trotsky, Frida Kahlo, José Clemente Orozco, José Juan Tablada, Pablo O’Higgins, Concha Michel, Aurora Reyes y Salvador Novo, este último, cronista y literato, autor de Historias y leyendas de Coyoacán y Breve historia de Coyoacán, también fue quien inauguró allí el legendario teatro de La Capilla en 1952.
Inauguración de la pulquería "La Rosita", Coyoacán, 1943 |
Foto: Casasola |
Fonoteca Nacional - UNAM.
Uno de los más grandes acontecimientos en Coyoacán encontró fecha en los años cincuenta: la construcción de Ciudad Universitaria. La sede de la Universidad Nacional Autónoma de México, hoy patrimonio de la humanidad, devino en el establecimiento de académicos, científicos, historiadores, filósofos, abogados, escritores y estudiantes de diversos gremios.
Biblioteca Central, 2023 |
Foto: Luis Zamarrón.
Alcaldía Coyoacán.
Es indiscutible que por Coyoacán discurren todas las etapas de la historia social de nuestro país. Momentos del pasado y del presente coexisten y son palpables en sus calles, edificios, jardines, plazas y monumentos, convirtiéndolo así en un lugar único en nuestro país. Con una estética y armonía singulares por su traza, por su arquitectura y su paisaje urbano, acompañado siempre de enormes árboles centenarios. Por todo esto, Coyoacán es y ha sido un espacio idóneo para el desarrollo de las ideas y la creación; museo viviente, orgullo nacional y de sus habitantes; sitio admirable para conocer, vivir y disfrutar.
Fuente de los coyotes, Jardín Centenario, 2023 |
Foto: Luis Zamarrón.
Alcaldía Coyoacán.